El poder de reescribir tu historia

Todos tenemos una historia. Una trama que hemos ido escribiendo con recuerdos, experiencias, éxitos, fracasos y momentos que nos han marcado. Esa historia, tal como la recordamos, se convierte en el lente con el que interpretamos el presente y anticipamos el futuro. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a cuestionar: ¿es la historia que me cuento la única posible?

El Coaching Ontológico parte de una premisa poderosa: no vivimos los hechos, vivimos las interpretaciones que hacemos de ellos. Lo que nos duele, nos motiva o nos limita no es el evento en sí, sino el significado que le hemos dado y que hemos mantenido vivo a lo largo del tiempo.

Interpretar no es un acto pasivo

Cuando algo nos ocurre —una pérdida, un rechazo, un logro, una oportunidad—, nuestra mente busca darle sentido. Construimos un relato para entenderlo, y ese relato se convierte en parte de nuestra identidad. El problema surge cuando esas interpretaciones, hechas en un contexto específico, se vuelven rígidas y comienzan a definir quiénes creemos que somos.

Tal vez un fracaso laboral lo convertimos en la creencia de que “no soy lo suficientemente bueno”. O una ruptura afectiva se transformó en “no soy digno de amor”. Con el tiempo, estas frases dejan de ser pensamientos y se vuelven verdades internas incuestionables.

El peso de una historia no cuestionada

La historia que nos contamos no es solo un recuerdo, es una estructura que organiza nuestras acciones, decisiones y emociones. Si creo que “nunca me toman en serio”, es probable que deje de alzar la voz en reuniones, que evite pedir lo que merezco o que renuncie antes de intentarlo. Así, la interpretación inicial se refuerza a sí misma.

Esta es la trampa: sin darnos cuenta, nos convertimos en guardianes de una versión de nosotros mismos que quizá ya no nos sirve, pero que seguimos protegiendo como si fuera la única verdad posible.

Coaching Ontológico: el arte de reescribir

En Coaching Ontológico, reinterpretar la historia no significa negar lo que pasó, sino ampliar el significado que le damos. Es como pasar de mirar una foto en blanco y negro a descubrir que existe en color. El hecho sigue ahí, pero nuestra mirada se expande y nos permite ver matices que antes ignorábamos.

Un coach ontológico no te dice qué pensar ni te ofrece una nueva historia prefabricada. Más bien, te acompaña a observar la que ya tienes, identificar las interpretaciones que la sostienen y abrir espacio para crear otras que te empoderen. Este proceso implica curiosidad, valentía y apertura para descubrir que la narrativa no es un hecho fijo, sino una construcción viva.

De víctima a protagonista

Un cambio de interpretación puede transformar radicalmente tu vida. Tal vez hasta ahora has contado tu historia como la de alguien que ha sido víctima de circunstancias injustas. Y sí, puede que esas circunstancias hayan sido reales. Pero, ¿qué pasaría si empezaras a verla como la historia de alguien que, a pesar de todo, ha desarrollado resiliencia, creatividad y fortaleza?

El cambio no está en borrar las cicatrices, sino en verlas como marcas de una travesía que te ha preparado para lo que viene. Al reinterpretar, pasas de ser un personaje pasivo a convertirte en el autor consciente de tu propio guion.

Herramientas para reinterpretar tu historia

Si quieres empezar a explorar el poder de reescribir tu historia, aquí hay algunas preguntas que puedes hacerte:

  • ¿Qué parte de mi historia cuento con más frecuencia? ¿Qué dejo fuera?
  • ¿Qué creencias se refuerzan cada vez que la cuento?
  • ¿De qué maneras esta interpretación limita mis posibilidades actuales?
  • Si otra persona hubiera vivido lo mismo, ¿qué otras interpretaciones podría darle?
  • ¿Qué nueva interpretación podría abrirme más opciones y posibilidades?

El poder de elegir

Reescribir tu historia no es un acto de autoengaño, es un acto de autoría. Es reconocer que la vida no nos viene dada como un guion inmutable, sino como un conjunto de experiencias que podemos interpretar de distintas maneras. Y que, al hacerlo, podemos cambiar la forma en que actuamos y lo que creemos posible para nosotros.

La próxima vez que te descubras pensando “así soy” o “mi vida es así porque…”, recuerda: eso que dices es una interpretación. Y como toda interpretación, puedes revisarla, ampliarla o reemplazarla. Esa es la verdadera libertad que nos ofrece el Coaching Ontológico.

Tu historia no está escrita en piedra. Está escrita en palabras, y las palabras siempre pueden cambiar.

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